Esta semana hemos terminado la estructura de la casa ATM. Tenemos una sensación de satisfacción porqué damos por finalizado el elemento más determinante e interesante en la construcción de un edificio. La hemos visto crecer, surgir prácticamente de la nada, y hemos sido testigos de como día a día, esta ha ido acotando y ordenando el espacio. Poco a poco ha ido mostrándonos a escala humana las proporciones, medidas y distancias que el arquitecto Andreas Paul Scherpenbach supo trasladar de su imaginación al papel. El buen hacer de los encofradores y el correcto seguimiento de la dirección facultativa han hecho el resto.
No hace demasiado tiempo disfruté mucho leyendo una entrevista al arquitecto Campo Baeza. Este defendía que las estructuras de los edificios debían ser muy precisas, y ponía como ejemplo a Halle Berry. Afirmaba que la actriz está muy bien formada, pero que debajo de sus formas tiene una estructura perfecta, porque su esqueleto es perfecto. Compara hábilmente la estructura del edificio con el esqueleto del ser humano.
Mirando la estructura de la casa, estoy convencido que estamos ante una auténtica Halle Berry. Y lo mejor es que nosotros, estamos contribuyendo a su creación.
Detrás de un pilar vemos a Leo, el encargado de obra, repasando «una vez más» los planos y pilares.
Ordenada e imponente, «la estructura ósea» de la casa ATM!