Las semanas pasan a una velocidad de vértigo. Estamos acabando el mes de julio, y los ayuntamientos de los municipios en que estamos trabajando están empezando a aplicar tímidamente las restricciones horarias de trabajos de construcción. Es obvio que los ayuntamientos protejan y mimen a los turistas que vienen a nuestros pueblos a descansar y que nosotros, empresas constructoras, programemos nuestras obras en función de estas restricciones.
Empaticemos: una familia decide venir a Jávea (o Calpe…) a pasar sus vacaciones y se gastan 2.500 euros alquilando una villa con piscina para dos semanas. Cuando llegan, se encuentran en la parcela de al lado una retro-excavadora triturando la montaña y las vibraciones hacen temblar las casas de media urbanización. Se han arruinado sus vacaciones. ¿Volverán el año que viene? no creo. ¿Tiene algún sentido? ninguno!!
Y en eso estamos, esperando que llegue el turista a la parcela de al lado y se nos paralicen las obras. Y mientras tanto, nuestra actividad es trepidante.
Empezamos el lunes, en Altea. Estamos iniciando una maravillosa casa del arquitecto Andreas Paul Scherpenbach. Tenemos las cimentaciones terminadas y estamos replanteando los pilares. El martes acabamos el replanteo, miércoles producimos las armaduras de pilares y entre el jueves y el viernes ejecutamos. Como decía su autor, un bosque de árboles artificiales: Elementos estructurales que definen el espacio futuro.
El martes nuestra cabeza está en Denia, en el Proyecto Pom. Estamos vertiendo y fratasando por segundo día el hormigón que formará los pavimentos continuos del interior de la casa. Son horas de estrés porque las condiciones atmosféricas complican el proceso. Hace mucho calor, la humedad relativa del ambiente es muy alta y para más inri, la casa está situada en una zona donde habitualmente al medio día se forma un viento térmico muy fuerte. Este viento puede acelerar el secado del hormigón produciendo fisuras superficiales. Y eso es algo que no puede pasar. Finalmente, con paciencia, experiencia y pericia el resultado ha sido el esperado. Mirad que imágenes hemos tomado esta mañana, 4 días después del vertido y con las juntas de dilatación cortadas.
con esta terraza lo pasamos fatal, estábamos aterrorizados por si el viento arruinaba nuestro trabajo
Mientras endurecía el hormigón de los suelos, el miércoles y el jueves la casa SCH, proyecto también del arquitecto Andreas Paul Scherpenbach, experimentó un gran avance. Esta vivienda que estamos empezando está en las montañas de Calpe, tiene unas vistas a tener en cuenta y una arquitectura muy peculiar e interesante. La estructura está realizada con muros de carga y pórticos de hormigón armado. Mirad como crece:
Y ya para terminar, ayer viernes, volviendo de revisar los pilares de Altea, y los muros de carga de Calpe pasamos a ver los acabados del proyecto Benimuslem. Estamos rematando el pavimento de las terrazas exteriores con lamas de madera maciza. Estamos encantados con el trabajo de los montadores. Están poniendo las fijaciones que corresponden en el lugar que les toca. ¿Que os parece?
A nosotros nos parece genial!!
Hasta pronto.